sábado, 7 de enero de 2012

historia de la soldadura

Antes de nada, y como en casi todos los campos, lo que impulsó el desarrollo de la soldadura fue La revolución Industrial.


Desde que fueron descubiertos los metales, que nadie está seguro de cómo se obtuvo el primer metal útil, varias fueron las hipótesis. Desde que se obtuvo de restos de un meteorito, hasta accidentalmente al calentar minerales que contenían cobre.


Hasta el final del siglo XIX, el único proceso de soldadura era la soldadura de fragua, que los herreros han usado por siglos para juntar metales calentándolos y golpeándolos.


La tecnología de la soldadura avanzó rápidamente durante el principio del siglo XX mientras que la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial condujeron la demanda de métodos de junta confiables y baratos. Después de las guerras, fueron desarrolladas varias técnicas modernas de soldadura, incluyendo métodos manuales como la Soldadura manual de metal por arco, ahora uno de los más populares métodos de soldadura, así como procesos semiautomáticos y automáticos tales como Soldadura GMAW, soldadura de arco sumergido, soldadura de arco con núcleo de fundente y soldadura por electroescoria.


Aunque hoy en día el metal (aceros, aluminios, cobres…) es algo que se encuentra presente en nuestra vida cotidiana, en un principio de su historia, el metal por si mismo estaba limitado por el hecho de la imposibilidad de unir grandes piezas de metal.

Como ya dijimos anteriormente, fue la revolución industrial la que incentivó la introducción de los diferentes tipos de soldeo a escala comercial.

En el año 1916 el soldeo oxiacetilénico estaba ya formado como un procedimiento de soldeo por fusión con una calidad razonable en chapas finas de acero, aluminio y cobre desoxidado.




El arco eléctrico fue descubierto por Sir Humphrey Davy en 1801, sin darse cuenta del enorme potencial
que “tenía en sus manos”, ya que el arco se mantuvo durante muchos años como una mera curiosidad científica. No fue hasta 1912 cuando la soldadura con electrodo revestido llegó a tener unas buenas  propiedades mecánicas y de resistencia.



Durante los años 1920, importantes avances fueron hechos en la tecnología de la soldadura, incluyendo la introducción de la soldadura automática en 1920, en la que el alambre del electrodo era alimentado continuamente. El gas de protección se convirtió en un tema recibiendo mucha atención, mientras que los científicos procurarban proteger las soldaduras contra los efectos del oxígeno y el nitrógeno en la atmósfera. La porosidad y la fragilidad eran los problemas primarios, y las soluciones que desarrollaron incluyeron el uso del hidrógeno, argón, y helio como atmósferas de soldadura. Durante la siguiente década, posteriores avances permitieron la soldadura de metales reactivos como el aluminio y el magnesio. Esto, conjuntamente con desarrollos en la soldadura automática, la corriente alterna, y los fundentes alimentaron una importante extensión de la soldadura de arco durante los años 1930


A partir de 1930 las aplicaciones de soldeo por arco eléctrico crecieron rápidamente. Sobre el año 1935 se comienza a emplear la corriente alterna. En 1932 se empezó a utilizar como protección un fundente granulado que se depositaba progresivamente por delante del electrodo. El calor del arco fundía y descomponía el fundente produciendo la escoria y atmósfera protectora necesarias. El empleo del fundente granular y del alambre continuo como electrodo dio lugar en 1935 al nacimiento del arco sumergido.






 


El primero proceso con protección gaseosa fue el TIG, que utilizaba un electrodo de volframio y como protección gaseosa el Helio. El Tig resolvió el problema del soldeo de los metales muy reactivos, aunque no se reveló útil a la hora de soldar secciones gruesas o aleaciones altamente conductoras del calor.



En 1941, después de décadas de desarrollo, la soldadura de arco de gas tungsteno fue finalmente perfeccionada, seguida en 1948 por la soldadura por arco metálico con gas, permitiendo la soldadura rápida de materiales no ferrosos pero requiriendo costosos gases de blindaje.

Para salvar este inconveniente, en el año 1948 el electrodo no consumible de volframio fue sustituido por un alambre continuo consumible, dando lugar a la soldadura MIG.


El elevado precio de los gases de protección (argón y helio) hizo que para el soldeo del acero éstos se sustituyeran por una mezcla más económica formada por el gas inerte, oxígeno y anhídrido carbónico, el cual se descompone y reacciona durante el soldeo produciendo arcos más estables y más energéticos. Este
nuevo proceso recibió el nombre de soldadura MAG.




 







En 1958 el importante logro de la soldadura con rayo de electrones, haciendo posible la soldadura profunda y estrecha por medio de la fuente de calor concentrada. Siguiendo la invención del láser en 1960, la soldadura por rayo láser debutó varias décadas más tarde, y ha demostrado ser especialmente útil en la soldadura automatizada de alta velocidad,. Sin embargo, ambos procesos continúan siendo altamente costosos debido al alto costo del equipo necesario, y esto ha limitado sus aplicaciones


La soldadura robotizada está llegando a ser más corriente en las instalaciones industriales, y los investigadores continúan desarrollando nuevos métodos de soldadura y ganando mayor comprensión de la calidad y las propiedades de la soldadura.


Se dice que es un sistema porque intervienen los elementos propios de este, es decir, las 5 M: mano de obra, materiales, máquinas, medio ambiente y medios escritos (procedimientos). La unión satisfactoria implica que debe pasar las pruebas mecánicas (tensión y doblez). Las técnicas son los diferentes procesos (SMAW, SAW, GTAW, etc.) utilizados para la situación más conveniente y favorable, lo que hace que sea lo más económico, sin dejar de lado la seguridad.

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